miércoles, 11 de noviembre de 2015

Desafío a la vejez


Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el paso de muchos inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará -rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos horizontes
también saludarán
mis mañanas.
Gioconda Belli

4 comentarios:

  1. Excelente detalle. Me encanta ese amarillo-ocre de la bolsa, que rompe con todo el entorno.
    Un abrazo

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  2. Extraordinaria fotografía que, unida al poema, son de una realidad que impone. Muchos inviernos, muchos, pero también muchos veranos que recordar :)
    Mil besos.

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  3. Un precioso poema que le va al pelo a la imagen. Una entrada muy emotiva, Sol.
    Un abrazo y buen fin de semana.

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  4. Modernidad vs Tradición.

    Genial, Marisol.

    Besos.

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