jajaja apurando las últimas horas de mis 54 años recorriendo la vida y a punto de entrar en esos maravillosos 55.
Esto de poder programar la entrada es una gozada (el año pasado no sabía y me tocó esperar jajajaja)
Ante todo, quiero dar las gracias y todo mi cariño a los que me acompañáis en esta aventura, sufrís mis "guarreos" y mis intentos de mostrar el mundo maravilloso en el que vivimos (pese a todo y todos jejeje) GRACIAS!!!
No os voy a dar más la lata, comparto con vosotros un texto con el que me identifico bastante (bueno, eso de la paciencia... aún estoy en ello....) y alguna imagen que aún no os había mostrado.
" Dicen algunos que, a cierta edad, después de los cuarenta, nos
hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina, y
que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de
los años jóvenes.
Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable.
Pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí tan
protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento como ahora
Ahora se que no soy la princesa del cuento de hadas y que no necesito que me
venga a salvar un príncipe azul en su caballo blanco, por que ni soy una
princesa, ni vivo en una torre, ni tengo a un dragón que me esté custodiando.
Hoy me reconozco mujer, capaz de amar.
Sé que puedo dar sin pedir, pero también se que no tengo que hacer nada, ni
dar nada que no me haga sentir bien.
Por fin encontré, hasta ahora, al ser humano que sencillamente soy, con sus
miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar
llena de defectos, de tener debilidades, y de equivocarme, de no responder a
las expectativas de los demás y hasta hacer algunas cosas indebidas.
Y a pesar de ello, sentirme bien.
Y por si fuera poco, saberme querida por muchas personas que me respetan y
me quieren por lo que soy, si,… así un poco loca, mandona y muchas veces terca.
También cariñosa, habladora, besucona y a veces por algún motivo, triste,
porque también tengo mis momentos tristes, esos en que pongo mi cara larga con
un aire de pensante y me da por llorar.
Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui en el pasado,… sonrío a la
que soy hoy,… me alegro del camino andado, y asumo mis errores.
¡Qué bien no sentir ese desosiego permanente que produce correr tras los
sueños!
¡Qué bien! Ya aprendí a tener paciencia. "
No toda la gente errante anda perdida. Alexandra Do Patrocinio
no podía faltar un "guarreo", verdad?
"Hoy sé, por ejemplo, que no puedo retener el mar,
aunque cuando estoy con él, quisiera nunca tener que dejarlo.
Hoy sólo lo contemplo, llenándome de él.
Y cuando llega el momento de partir, me despido diciéndole: ¡Hasta pronto!
También hoy sé que mis amigos y amigas
son peregrinos del mismo camino y que, en cualquier momento,
nos encontramos y nos queremos.
Hoy sé que el viento extiende sus brazos
cuando camino por la calle.
Y que sólo depende de mí sentirlo.
Hoy sé que la vida es bella, porque la he visto partir ya muchas veces.
Hoy vivo la vida así como es: hermosa; con su ir y venir, con sus amores y
desamores,
con sus ratos de marea baja, con sus puestas de sol, con su ruido incesante...
Y mis primeras horas del día serán para visitar a mis queridas hayas, os contaré!